domingo, 9 de octubre de 2011

“Los colores son tan bellos que no van con la política“

Entrevista.

“Los colores son tan bellos que no van con la política“

 
Foto: Virgilio Grajeda (La República.pe)
Foto: Virgilio Grajeda (La República.pe)
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Fernando De Szyszlo Valdelomar, artista plástico.
Fernando De Szyszlo, el pintor, el intelectual, nos recibe en su casa de San Isidro. En su sala destaca un imponente cuadro de fondo rojo. Dice que es una de sus dos grandes obras. Y también nos dice que en los últimos años la realidad social peruana cobró un color brillante. Sin embargo, se niega a asignarles un color a nuestros políticos de galería. “Les tengo tanto respeto a los colores, son tan bellos, que no me atrevería a mezclarlos con esa política”, se justifica. En la entrevista nos explica los entretelones de su renuncia a la presidencia de la Comisión de Alto Nivel del Museo de la Memoria. El escenario de este encuentro fue su vistosa biblioteca-museo, con anaqueles que llegan hasta el cielo raso y muebles que encierran recuerdos, fotografías y obras de arte.
Inés Flores.
Don Fernando, deja usted la presidencia de la Comisión de Alto Nivel del Museo de la Memoria en medio de una polémica...
Son rumores extraños que han salido últimamente. Son sospechosos. Son contra alguien, no sé quién, porque eso jamás se ha planteado.
La revista Caretas señala que el canciller le pidió su renuncia. ¿Es así?, ¿usted salió por decisión del ministro Roncagliolo?
Usted sabe que yo dije públicamente que no iba a votar por Humala. Sin embargo (en el gobierno de Humala), me han tratado con mucha cordialidad. Cuando Humala resultó presidente electo, le pedí una entrevista para ver qué pensaba él del Museo de la Memoria. Él me dijo que contáramos con todo su apoyo, y (sobre) el hecho que pusimos los cargos a su disposición el presidente Humala me dijo: Yo quiero que usted se quede, vamos a reorganizar el grupo. Yo le dije: Presidente, yo quiero renunciar porque tengo 86 años, me quedan pocos años para pintar y la comisión me quita espacio. Él me dijo: Usted se queda hasta cuando quiera. Entonces le dije: Quiero quedarme unos dos o tres meses para que esto no parezca un juicio político y no (se interprete) que yo renuncié por política porque no estoy de acuerdo.
¿Y cómo se da su salida en estos momentos?
Hace tres semanas vino a mi casa el ministro Roncagliolo para hablar de eso. Hace una semana nos reunimos otra vez con él para precisar cómo va el proyecto. Le dijimos que había un avance del 12% en la obra.
¿Quizás esa visita del canciller ha sido interpretada como una presión para que se ejecute de una vez su renuncia?
Esa reunión fue secreta. Solo estuvimos él y yo. Después nos reunimos con toda la comisión. Quedamos en que yo presentara mi renuncia dirigida al presidente Humala porque fue el presidente García quien nos nombró. Todo se hizo en términos cordiales. Nunca me han pedido la renuncia.
Deja el cargo cuando faltan cuatro meses para que se inaugure el edificio del museo. Pudo haber esperado...
Soy presidente (de la Comisión de Alto Nivel) desde que Mario (Vargas Llosa) lo dejó. El edificio se terminará en febrero, pero luego falta acondicionarlo, implementarlo, o sea, falta regular tiempo para su inauguración.
Caretas también dice que con su salida tendrían que irse todos los miembros del Museo de la Memoria, algunos de los cuales fueron miembros del gobierno de Alan García. ¿Cuál es su comentario?
Yo creo que con todo derecho el nuevo gobierno quiere tener gente nombrada por él ahí dentro, y quizás ellos tienen reparos en que algunas personas que actuaron con el gobierno anterior permanezcan. Yo le hice notar al canciller que estas personas fueron nombradas en la comisión antes de estar en el Ministerio de Cultura, pero eso es cuestión de ellos. Creo que la mayoría se quedará, como Enrique Bernales.
En todo caso, ¿qué piensa del ministro Roncagliolo?
Creo que es una excelente persona, que tiene todas las dotes, todas las condiciones para ser ministro de Relaciones Exteriores. Ahora, él no es el jefe del gobierno. Yo, como mucha gente, no encuentro razonable el nombramiento de la ginecóloga (Cristina Velita) a una embajada tan importante como lo es la embajada francesa. Y también me da mucha pena que una persona tan capacitada (Gonzalo Gutiérrez), como pocas veces lo he visto en la embajada en Naciones Unidas en Nueva York, haya sido removida de ese cargo... aunque claro que ha sido cambiada a un puesto muy importante, la embajada de China. Gonzalo Gutiérrez es un embajador de primera clase.
Se dice que el embajador Javier Pérez de Cuéllar había recomendado que Gutiérrez y José Antonio Arróspide se mantengan en la ONU y en la embajada de Francia, respectivamente.
Es lógico que el presidente (Humala) quiera cambiar y tiene derecho a tener embajadores políticos. Me hubiera gustado una persona con más capacidad en la embajada de Francia.
Que no lo es la ginecóloga.
La ginecóloga puede ser muy buena ginecóloga, pero no es la persona ad hoc para un cargo tan importante, que abarca tanto en lo cultural y económico.
¿Cuál es su apreciación de estos tres primeros meses del gobierno de Ollanta Humala? ¿Las señales confirman las dudas que usted tenía de él antes de la elección?
Yo manifesté mis dudas y no voté por él a pesar de que tengo tanta confianza en el criterio de Mario Vargas Llosa. Siempre lo dije, ojalá que me equivoque, y ahora pienso,  como van las cosas, que me equivoqué, porque las cosas van bien y el manejo hasta el momento del primer ministro me parece muy atinado.
¿Cuál es su comentario sobre esta galería de congresistas cuestionados, que en su mayoría proceden de la bancada oficialista y del fujimorismo? Parece que hubiera habido un festín de venta de candidaturas.
Habla muy mal de los partidos políticos. Es deplorable y muy decepcionante que este Congreso tan al comienzo demuestre que sus futuros miembros no están capacitados y tienen el más bajo nivel para ser congresistas de la República.
¿Cómo evalúa a la ministra de Cultura, Susana Baca, a quien se le critica por defender más sus contratos artísticos que dedicarse a la función ministerial?
Me parece muy bien que ella haya decidido suspender sus giras. Es un sector que tiene bajo su responsabilidad el patrimonio, que es maravilloso, el Archivo General y la Biblioteca Nacional. Son aspectos muy importantes. No creo que se necesite ser artista para ser ministra; hay que estar preparada.
Entonces ¿usted cree que la ministra Baca no está preparada para ese cargo?
Yo creo que ella está preparada para su oficio, que es ser una estupenda cantante. Lo que me preocupa es que veo demasiada gente vinculada al folclore dentro del ministerio. Este sector, además de manejar el patrimonio y el Archivo de la Nación, debe promover el arte vivo, el teatro, el cine, la cultura, la escultura, campos que necesitan de la promoción y no de una política cultural que diga lo que tienen que hacer los artistas...
¿No hay una política de promoción al arte?
Y se necesita que ayuden a los músicos. ¿Cómo puedo aspirar a tener música peruana si los compositores no tienen dinero y deben conformarse con ser profesores con sueldos bastante bajos?
Don Fernando, a sus 86 años, con una larga y brillante trayectoria en la pintura, ¿de qué color pintaría la realidad social peruana?, ¿gris o puede ser luminosa?
Antes yo era muy pesimista pero ahora creo que se ha abierto la luz del final del túnel, que esa luz nos dice que tenemos que aprovechar ese empuje. El empuje no viene del gobierno. Hay una inercia que es incontenible.
¿Le pondría un tono brillante?
Totalmente.
¿Qué color de su paleta le pondría a la política peruana?
Le pondría nota. Una nota desaprobatoria. Hay buenos políticos, pero la política no ha estado a la altura de las circunstancias; más aún, ha ido bajando su nivel. Si uno recuerda a los antiguos políticos peruanos, estaban Manuel González Prada, Víctor Andrés Belaunde, el doctor Basadre, Bobby Ramírez del Villar. Eran los que estaban en las cámaras del Congreso, y ahora vemos a gente que falsifica facturas y que come pollos en una cantidad inconmensurable. Creo que con esas malas artes la política irá desapareciendo poco a poco. Para eso se necesitan partidos políticos. Los que quieren ser congresistas son esos señores que no tienen otra cosa que hacer y quieren el sueldo y para ello están dispuestos a pagar. No se necesita para ello ideología ni por el Perú.
¿No le pondría color?
Les tengo tanto respeto a los colores, son tan bellos, que no me atrevería a mezclarlos con esa política... (ríe).
¿Sobre Alan García?
Me parece que su segundo gobierno ha sido muy bueno. Yo he sido antiaprista toda mi vida pero creo que él ha tenido el coraje de cambiar de manera eficaz y de hacer las cosas. El horror de quedar como el presidente de la hiperinflación hizo mucho para que se rectifique.
¿Y de Toledo?
Toledo me parece que fue un buen presidente. Creo que hay que perdonarle sus defectos. Todo el mundo tiene defectos, pero fue un buen presidente. El buen manejo de la economía peruana se debe mucho a él y a su criterio.
¿Y Ollanta Humala?
Ollanta Humala todavía no se quién es. Todavía no estamos en proceso de juzgarlo. Personalmente lo considero una buena persona, una persona bien intencionada, lo mismo a su señora esposa.
“La izquierda y la derecha no llevan a ninguna parte”
Usted fue amigo de Octavio Paz y de André Breton, quienes creían en un cambio revolucionario. ¿Usted coincidió con ellos ?
Sin duda. Conjuntamente con Vargas Llosa, coincidíamos con el cambio, pero la palabra revolucionario se ha desprestigiado. Octavio era una persona tan maravillosamente inteligente y lúcida que quería lo mejor para México. Finalmente, después de esta lucha, Octavio tenía todos los enemigos del mundo porque toda la izquierda intelectual estaba en contra de él. Sin embargo, la influencia de Octavio ha sido definitiva.
¿Qué lo hizo cambiar? Hace poco usted dijo lo siguiente: “La izquierda y la derecha ya no existen y solo hay un pensamiento económico que es el libre mercado y todo lo demás está equivocado”.
No está equivocado sino que no lleva a ninguna parte. La historia nos lo ha probado. El libre mercado está probado y funcionó bien en pueblos como Corea del sur, que es un  país próspero y desarrollado.
Pero el liberalismo económico también ha traído a millones de pobres. En el Perú, lo aplicó el fujimorismo.
Es que aquí el liberalismo no ha sido más que de un lado. La distribución ha sido desigual. Lo del tiempo de Fujimori no fue un liberalismo sino una cleptocracia.
¿Qué le cuestiona usted a la izquierda?
Creo que los votos de la extrema izquierda vienen de los pobres, creo que si no hubiera pobres no hubiera extrema izquierda. Yo tampoco creo en el capitalismo radical. La diferencia de riqueza que hay en Estados Unidos es tremenda. Hay gente muy pobre. En Estados Unidos, el 4% de la población tiene el 25 por ciento de la riqueza.
“El cuadro que he perseguido toda mi vida”
Usted ha dicho que se retira de la Comisión de Alto Nivel del Museo de la Memoria porque tiene muchos cuadros por terminar y pocos años por vivir. ¿Cuál es el cuadro que le falta pintar?
El único cuadro que he perseguido toda mi vida. Un cuadro que me satisfaga. Con los cuadros que he hecho siempre ha habido una diferencia entre lo que soñé hacer y lo que logré hacer. Nunca he logrado hacer lo que me había propuesto. Creo que ya no tengo más tiempo.
García Márquez confesó alguna vez que él evitaba revisar sus libros porque siempre les encontraba un error.
Claro, si no, no los terminaría nunca.
No obstante esa insatisfacción  por sus cuadros, ¿cuál es  el  que más le ha gustado?
Recuerdo un cuadro enorme que hice para la OEA y el cuadro que tengo en mi casa (nos muestra una pintura enorme con predominio del rojo que impone en su sala).
¿Cuál ha sido la etapa de su vida en la que ha tenido mayor producción?
Siempre. Toda mi vida he trabajado todo el día.
¿A qué hora empieza a pintar?
Me levanto temprano, 7 y 30 de la mañana, pero cuando me pongo a pintar, después de leer los periódicos, ya son las 9. Esto es todos los días, incluyendo los domingos.
Usted es tan disciplinado como su amigo Mario Vargas Llosa.
En muchas cosas coincidimos, en esa también (ríe).
¿Es fundamental la disciplina?
Sí, y la lealtad a la vocación.
¿Qué les aconsejaría a los jóvenes? Quizás así habría menos violencia.
Que lean. La juventud tiene  que recuperar la categoría y la calidad de la vida.

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