viernes, 7 de enero de 2011

VOTEMOS POR POLÍTICOS DECENTES

Columnistas | Enero 07, 2011 VOTEMOS POR POLÍTICOS DECENTES Escucho a Jorge del Castillodeclarar a una radio local que renunciará a postular al Congreso solo si su partido se lo pide a través de una votación, y me pregunto si sus palabras le hacen alguna gracia a la candidata aprista Mercedes Aráoz.



Aráoz ha hecho cuestión de Estado en un tema que -para muchos- resulta exagerado, y para otros es una virtud que se ha perdido en la política peruana: la transparencia.



Recién arranca la campaña y ya tenemos más de un ejemplo de posible contubernio y de oscuros acuerdos bajo la mesa.



No solo la terquedad de Del Castillo por integrar la lista aprista al Congreso empaña estas elecciones.



Los tejes y manejes financieros alrededor de la candidatura de Luis Castañeda Lossio también huelen muy mal y hablan peor del juego político en Solidaridad Nacional y –en general- en el Perú.



Un sistema que catapulta a los de billetera gorda y deja fuera a quienes no pueden pagar un jugoso cupo de ingreso a una lista parlamentaria o a una plancha presidencial, no garantiza ni honestidad ni transparencia.



Si el que entra a la lid política es quien puede “pagarse ese gustito” y no quien en realidad lo merece por su vocación de servicio o su capacidad y talento, seguiremos teniendo más de lo mismo: un Congreso mediocre y lleno de oportunistas, que caen en paracaídas más por el peso de sus chequeras que por su calidad profesional.



¿Resulta moral que la candidata a la vicepresidencia por un partido político aporte una abultada cuota a la agrupación que la postula? Y si esa candidata es una real desconocida que salta a la fama por obra y gracia de su generosa contribución, ¿no parece que la han dejado participar, no por sus condiciones de líder, sino más bien por el pan que trae bajo el brazo?



¿Qué buscamos en nuestros líderes? ¿Qué virtudes deben tener aquéllos que conduzcan el futuro del país en los próximos cinco años?

La respuesta, una vez más, se resume en una palabra olvidada y que deberíamos tener muy presente a la hora de votar: la decencia.



Eso que podríamos definir como una mezcla de honestidad, dignidad y rectitud.

Eso que nos garantice que la persona a quien elegimos no trabajará para sus propios intereses cuando llegue al cargo, sino que lo hará por el bien común. Votemos por políticos decentes. Así haremos patria.
Mariella Patriau
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1 comentario:

lamerced dijo...

Una reflexión muy importante,algo que debemos tener presente los electores al momento de definir por quién vamos a emitir nuestro voto, voto que definiráal fin de cuentas el rumbo de nuestro país. Es necesario buscar conocer la hoja de vida de los postulantes, dentro de ello aquello que define como la decencia, pero más allá, la honestidad, la capacidad técnica para solucionar los problemas que aqueja alos peruanos. La corrupción es algo que está muy profundamente inmerso en las autoridades de todo nivel, para ello se valen de que no importa que roben pero hacen obra, o la plata llega sola.