KEIKO Y EL 2016

Juan Carlos TaffurDirector del Diario 16


La Columna Del Director | Enero 20, 2011 KEIKO Y EL 2016

En esta misma columna expresamos recientemente nuestra sorpresa e inquietud por la, a nuestro juicio, casi indescifrable estrategia del fujimorismo.



En primer lugar, por haber armado una plancha presidencial cerrada, que reafirma el voto duro fujimorista, pero que no es convocante de ciudadanos que no sean ya convencidos de la causa. En segundo lugar, por el aire farandulero que le han impreso a la campaña e, inclusive, a la lista parlamentaria.



En diálogo con un alto dirigente del fujimorismo, involucrado en las decisiones de campaña, nos reveló cuál era la lógica detrás de ello. No podemos citar la fuente, pero sí lo conversado.



El fujimorismo ha llegado a la sensata conclusión de que triunfar en las elecciones presidenciales venideras es casi imposible. Solo un terremoto político que destruya las candidaturas de Toledo, Castañeda y Kuczynski, podría hacer que Keiko gane. El único escenario en el cual ella podría ganar es si enfrenta en segunda vuelta a Humala. Y en el cálculo de probabilidades, que ese desenlace ocurra es una ilusión.



¿A qué está apostando el fujimorismo? Primero, a otorgarle un upgrade a Keiko. De hecho, una buena performance electoral (sí la vemos disputando la segunda vuelta) le otorgaría un liderazgo opositor que, bien manejado, la colocaría en mejor pie que en estos momentos, para el 2016.



Segundo, a consolidar una importante bancada parlamentaria. Las figuras históricas del fujimorismo, de hecho, van a estar en el próximo Congreso. Y tener a Martha Chávez, Luz Salgado, Carmen Lozada, Luis Delgado Aparicio, entre otros, sumados a los actuales –fundamentalmente María Luisa Cuculiza, Santiago Fujimori y Carlos Raffo-, va a ser la piedra en el zapato del gobierno que venga.



¿Quién podría disputarle ese perfil? El Apra o Humala. Pero el aprismo va a salir mal parado debido a la crisis interna desatada. No será en el Congreso que el Apra va a buscar ganarse ese lugar, sino a través de la acción política de Alan García. El cálculo de los fujimoristas, sin embargo, sería que García va a estar más ocupado en salir bien librado de las investigaciones que sobrevendrán, que de encabezar la oposición.



Y Humala –señalan desde las orillas del fujimorismo- ya ha demostrado que no ha podido hacerlo teniendo todo a la mano después de su derrota en el 2006, y que mucho menos lo podrá hacer ahora, cuando, en el mejor de los casos, logrará una representación parlamentaria poco decisiva.



El fujimorismo no estaría pensando en el 2011 sino en el 2016. Esa es, aparentemente, la razón que explica los pasos que hoy están dando. Lo que hoy parece descabellado, adquiere algún sentido si es esa la perspectiva bajo la cual mueven sus fichas. Como su padre, Keiko está jugando Go, no ajedrez.

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