viernes, 21 de enero de 2011

Carrera de Obstáculos

Actualidad :::: Del Castillo gana el round, pero la idea presidencial de refundar al APRA puede incluir nuevo logo y hasta nuevo nombre.

Carrera de Obstáculos
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El presidente Alan García ya dejó entrever su idea a quienes lo visitan en Palacio de Gobierno: refundar el APRA al punto de enterrar el viejo partido. Un nuevo nombre y un nuevo logo para el 2016. Y así salir de paso de buena parte de la actual dirigencia. Es el alanismo a toda mecha.

Esta suerte de amenaza a la estructura de Alfonso Ugarte viene luego de la avisada renuncia de Mercedes Aráoz a encabezar la plancha presidencial aprista. Los acompañantes de su fórmula, Javier Velásquez Quesquén y Nidia Vílchez, también se retiraron de la contienda.

Lo más probable es que se trate de una calentura de principios de verano, acentuada por el despelote que se vive en el APRA. Pero por estos días el Presidente parece asumir el papel del doctor Kevorkian político, presto a desconectar el respirador artificial de su propio partido. “El electorado juzgará y votará de acuerdo a sus convicciones” declaró el lunes y añadió que “hace muy bien (Aráoz) en ponerse de lado”.

La decisión de la dirección política (DP) del partido reunida el lunes 17 en la casa de Mercedes Cabanillas, fue la de seguir adelante solamente con su lista parlamentaria. Hubo voces discrepantes como la de Omar Quezada y Javier Barreda, que propusieron retirar al partido del proceso de abril para reagrupar fuerzas dentro de cinco años. Otros miembros de la DP interpretan que esa era exactamente la voluntad presidencial.

La sangre llegó al río luego de que, el domingo 16, la lista única encabezada por Jorge del Castillo fue sometida a la confirmación de las bases en elecciones internas supervisadas por la ONPE, como lo establece la ley. Aráoz llevaba dos semanas exigiendo que Del Castillo saliera de la lista por seguir pendiente la investigación de la fiscalía sobre la permuta de departamentos que fue puesta en tela de juicio en el último capítulo de la interminable telenovela de los “petroaudios”.

Aráoz anunció su renuncia esa misma noche.

Poco más de diez mil apristas votaron en los comicios. Alrededor del 80% confirmaron la lista y otro 20% votó en blanco y viciado. Adicionalmente, una encuesta a boca de urna entre los militantes, encargada a Datum, le otorga a Del Castillo el 44% de intención de voto preferencial para abril. Mercedes Cabanillas tiene el 22%, y Mauricio Mulder el 19%.

Tales números parecen haber fortalecido la confianza de Del Castillo, que luego de ver confirmado el puesto número 1 con la votación, se ofreció a pasar al puesto 36, el último de la lista por Lima.

Mientras tanto, la cúpula aprista llenaba los puestos originalmente destinados a los invitados de Mercedes Aráoz. Entre ellos en números expectantes figuran Judith Puente de la Mata, hija de Judith de la Mata, Erick Iriarte y Maricarmen Barragán. Del Castillo insistió en que, con excepción de su caso, aquellos ratificados el domingo continúen en sus lugares.

Velásquez Quesquén se ha mostrado confiado en que remontarán la valla del 5%. Mulder, ahora cabeza de lista, dice demasiado optimista que llegarán al 15%.


IGUAL QUE PERÚ POSIBLE
El actual caso aprista recuerda al de Perú Posible, que a pesar de terminar el gobierno con buenos números solo inscribió una lista parlamentaria luego del fiasco de la proyectada candidatura de la empresaria naturista Jeanette Emmanuel y la posterior renuncia de Rafael Belaunde apenas tres meses antes de las elecciones, exactamente igual que ahora. Luego de obtener 47 escaños en el 2001, Perú Posible solo logró dos en el 2006.

La fragilidad del sistema de peruano de partidos se vuelve a poner en evidencia, pero llama la atención que en este caso parezca ser apuntalada por un presidente que termina con notas en azul. Además, en términos de instititucionalidad hay pocos puntos de comparación entre la chakana y la estrella. García viene hablando de un sentimiento aprista más que de una militancia. “El electorado vota ahora sí, mañana no pero tiene una cierta cercanía emocional, que es lo que yo sé aglutinar. Eso no se gana con un pequeño grupo sino con la cercanía emocional con el país. Mi invocación es a los cientos de miles o millones de apristas de corazón que votaron por mí”.

Algunos antecedentes históricos alimentan las dos posiciones enfrentadas. Acción Popular se abstuvo de presentarse a la Constituyente de 1979, ciertamente presidida por Haya de la Torre en sus últimos días, y al año siguiente Fernando Belaunde retornó al poder.

Pero no ocurrió lo mismo con la decisión aprista de no presentarse a la constituyente convocada después del autogolpe de 1992. Del Castillo recordó en las reuniones de la dirección política que ello dejó sin oxígeno político al partido por varios años, sumido entonces en el trauma posterior al primer gobierno de Alan García.

Por eso resulta inevitable volver a recordar el papel del ex primer ministro durante aquella década, cuando defendió a capa y espada al exiliado ex presidente, entonces casi innombrable, e incluso de agresiones físicas contra su esposa.
Las relaciones de los presidentes peruanos con sus primeros ministros suelen ser contradictorias y por momentos conflictivas. De nuevo acude el recuerdo de Belaunde. La relación con Manuel Ulloa, su colaborador de muchos años, terminó de enfriarse luego de que éste fuera recibido en China como si él fuera el presidente.

García repitió varias veces a principios de su actual gobierno que planeaba diferenciar la función del presidente, el jefe de Estado, con la del premier, el jefe de gobierno. Del Castillo tenía ese particular doble perfil, el de incondicional de García que a la vez se había ganado el derecho de plantársele al frente cuando la ocasión lo ameritaba. Pero que pensara reemplazar a García mientras éste siguiera vigente como líder resulta absurdo. Por eso no termina de entenderse que el mandatario apoyara la decisión de aniquilarlo políticamente, que es lo que probablemente hubiera ocurrido al excluirlo de la lista por un caso escandaloso, aunque de poco sustento como el de la permuta de departamentos relacionada con los “petroaudios”.

El congresista lo arriesgó todo. Metió la cabeza en las fauces del león, como recogió el fotomontaje de la edición pasada. Pero al final ganó este asalto y se impuso en el partido. El problema, claro, es que ahora el destino del partido es más incierto que en muchos años.
Revista Caretas del 20-01-2011

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