viernes, 18 de febrero de 2011

Escenarios posibles

Escenarios posibles
Vie, 18/02/2011 - 05:00
La República del 18-02-2011
Promedio
Select ratingMaloBuenoMuy BuenoExcelenteEl Mejor
MaloBuenoMuy BuenoExcelenteEl Mejor.
Promedio (6 votes)
.Por Sinesio López Jiménez

García y la ultraderecha acaban de sufrir una nueva derrota. El operativo montado para hundir a Toledo y relanzar a Castañeda y Fujimori ha fracasado estrepitosamente. La aparatosa y falsa denuncia de los vínculos del toledismo con el narcotráfico buscaba recomponer el escenario electoral recolocando a Castañeda y Fujimori a la cabeza, como hace cuatro meses atrás. La grotesca falsedad de la denuncia ha terminado favoreciendo a Toledo y hundiendo a García y a su entorno. El soñado escenario electoral de la ultraderecha y de García ya fue.

En estas dos semanas que vienen se van a definir otros dos escenarios posibles: el escenario de derecha y el escenario de la confrontación entre la derecha y la izquierda. En el escenario de derecha se confrontan Toledo (la centroderecha) con uno de los candidatos preferidos de la ultraderecha (Castañeda y Fujimori) y en el segundo se escenario se confrontarían Toledo y Ollanta.

Los escenarios electorales no caen del cielo ni llegan solos. Ellos se construyen. ¿Quiénes los construyen? En un contexto de ausencia de partidos y de estabilidad política, los escenarios son construidos por los candidatos y sus campañas, por los poderes fácticos, por los medios que respaldan a sus candidatos y por el gobierno de turno. ¿Y las encuestas? Si están bien hechas, son herramientas que pueden servir a todos los actores y a los ciudadanos. Con frecuencia intervienen el tiempo y las circunstancias que son cambiantes. El éxito de los candidatos depende de su adecuación a esos cambios posibles.

¿Cómo los actores construyen los escenarios electorales? A través de diversos juegos de poder en el que se definen los enemigos y los aliados, las estrategias y las tácticas, las propuestas programáticas, se despliegan las campañas electorales, se proveen de los recursos económicos necesarios y se proyectan los candidatos en el escenario público. Más allá de las normas establecidas de neutralidad, un actor que juega fuerte es el gobierno de turno. García ha venido trabajando desde hace mucho tiempo para construir el escenario ideal de la ultraderecha que se acaba de desmoronar e interviene constantemente en favor de sus candidatos favoritos y en contra de Toledo y Ollanta.

Las revelaciones de WikiLeaks evidencian que Toledo jugó contra Ollanta y a favor de García en las elecciones generales del 2006. García triunfó ajustadamente gracias a esas intervenciones y a otras como el financiamiento de grupos acusados de blanqueo de dinero a los que acaba de devolver el monto otorgado. Bien vistas las cosas, sin embargo, García debiera devolver la Presidencia, que obtuvo por malas artes.

En la definición del escenario de derecha el problema central es decidir cuál de los candidatos de la ultraderecha (Castañeda o Fujimori) pasa a la segunda vuelta para enfrentar a Toledo. La ultraderecha (García incluido) tiene que resolver el siguiente dilema: apoyar a Castañeda que está cayendo pero que, según las encuestas, es el candidato que podría disputarle el poder con cierto éxito a Toledo en la segunda vuelta o respaldar a Fujimori que se mantiene segunda pero que, según las encuestas, pierde si enfrenta a Toledo en la segunda vuelta.

Se reproduce así en el campo de la ultraderecha el dilema que tuvo la derecha en su conjunto en el 2006: García o Lourdes Flores para ganarle a Ollanta. Hay, sin embargo, una diferencia abismal: la calidad de los candidatos. Es probable, como ya lo han señalado algunos analistas, que la ultraderecha sacrifique a Fujimori de la misma manera que la derecha sacrificó a Lourdes en el 2006. En los próximos días asistiremos al vía crucis de Fujimori.

El escenario de confrontación de la derecha (Toledo) con la izquierda (Ollanta) es difícil, pero no imposible. Ollanta está subiendo lentamente en las encuestas y si en los próximos 15 días llega al 16% o al 17%, entonces cualquier cosa puede pasar: desmoronamiento de los candidatos de la ultraderecha y polarización política y electoral.


Delicious
Facebook
Twitter
Google

No hay comentarios: